Al salir de la ermita de Santa Catalina tomaremos, a la derecha, la NA-7330 que nos lleva a Arizaleta y pasado éste a LEZÁUN.
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Hasta comienzo del s. XIII no hay noticias documentales de esta localidad.
Al exterior lo único que podemos ver de la Iglesia de S. Pedro Apóstol, edificada en la segunda mitad del s. XII, es el muro norte con la torre edificada con sillarejo de
relleno y sillares bien escuadrados en las esquinas, además de medio ábside semicircular con una ventana de medio punto sencilla que, al igual que el resto del muro
está revocado tapando los sillares.
En el S. XVI se levantó otra iglesia en gótico tardío absorbiendo en su interior la primitiva románica. En la actualidad ésta tiene encajada la mitad de la
cabecera semicircular, perdida, en el crucero de la gótica, queda como una capilla lateral cerrada en el lado del Evangelio.
Sus dimensiones primitivas
eran muy pequeñas, constaba de tres tramos cubiertos de bóveda de cañón ligeramente apuntado sobre fajones, que junto a los formeros, que marcaban el
tramo previo al presbiterio, a modo de pequeño crucero, descansan en una imposta biselada que da paso a pilastras de arista. El primer tramo está
ocupado por dependencias parroquiales y el segundo da paso a las escaleras de la torre.
El ábside
es semicircular con bóveda de horno y vano axial sencillo. Todo su interior está enlucido, salvo los arcos y pilastras que deja ver una piedra pequeña y no muy bien escuadrada.
Hasta comienzo del s. XIII no hay noticias documentales de esta localidad.
Quizás lo más interesante sea la portada que persiste en el lado de la Epístola, abocinada de medio punto con tres arquivoltas descansando en un cimacio biselado que da paso, la interior y la exterior, a pilastras y la de en medio a columnas con unos hermosos capiteles,
lamentablemente el de la derecha está parcialmente perdido y parece que representaba la Anunciación y el sueño de San José, el de la izquierda la
Visitación y el Nacimiento de Jesús, con una mujer acompañando a la Virgen en la cama.