ARTE ROMÁNICO EN NAVARRA, recorridos







MONASTERIO DE LA OLIVA

Para llegar al Monasterio de la Oliva, volveremos a girar a la izquierda para tomar la NA-5500. Pasaremos Mélida y un poco antes de llegar a Carcastillo se encuentra el Monasterio de la Oliva. Desde Cabanillas hemos hecho unos 70 Kms., aproximadamente.

-0-

El cronista de este cenobio data su origen a 1134, cuando el rey García Ramírez donó el término de Encisa, junto a la frontera con Aragón, al abad de Scala Dei, con objeto de instalar una comunidad cisterciense. Este documento hoy es tenido por falso. En 1145 el lugar dependía de Niencebas (Fitero). En el año 1159 el citado rey donó al abad de la Oliva, Bertrando, las localidades de Encisa y Castelmunio. Más tarde, en 1164 el rey Alfonso II, donó de nuevo al abad Beltrando la villa de Carcastillo.

En el folleto que dan los monjes cistercienses cuando visitas su monasterio dice: "El Monasterio de Santa María de la Oliva fue fundado por el Rey de Navarra García Ramírez " El Restaurador" en la era de 1172 (año 1134)". 

Accedemos al interior por  una portada gótica del s. XIII, flanqueada por unos hermosísimos rosetones románicos-borgoñones. En el tímpano y dada su posición, desplazada a la izquierda, como si hubiera sido hecho con anterioridad y aprovechado, existe un Crismón Trinitario, con un Agnus Dei dentro del mismo, rodeado de una estrella de ocho puntas, un gallo, un grifo y un dragón; ya fuera del Crismón se representan arriba, el sol y la luna; debajo a la izquierda, la Virgen con el Niño y a la derecha, el Pantocrator con el Tetramorfos. Encima hay una cornisa sustentada por canecillos que parecen recuperados de algún otro sitio y que son dignos de admirar con detenimiento. La torre que la culmina es del s. XVII.

Nos encontramos ante una grandiosa nave central de seis tramos con otras dos laterales, éstas la mitad de tamaño que la de en medio y crucero de 5 tramos, los laterales más pequeños que el central. Están cubiertas de bóveda de crucería sobre potentes arcos fajones apuntados, que descansan en pilares cruciformes con dos columnas adosadas en los frentes y otras dos acodilladas para recibir los nervios. Para separación de las naves se utilizan arcos ligeramente apuntados sobre columnas de gruesos fustes. Encima de estos se abren sencillos vanos de medio punto abocinados. Los capiteles siguen la escuela del Císter predominando la austeridad con alguna excepción en la que, las clásicas bolas, se convierten en cabezas humanas, sobre ellos y por toda la nave corre una imposta formada por tres baquetones.

El ábside central, de dos tramos, tiene el primero cubierto de bóveda de medio cañón ligeramente apuntado y el segundo por cuarto de esfera gallonada, partiendo los nervios del centro del arco fajón y descansando en columnas adosadas, en cada uno de los cinco espacios creados, se abre un gran vano muy alargado y abocinado, adornados únicamente de un baquetón. A cada lado hay dos capillas absidiales cuadradas, cubiertas de bóveda de crucería y presentan unos grandes vanos, muy abocinados con gran derrame de medio punto, divididos por un parteluz en forma de cuña que dan gran luminosidad.

Al exterior destacan los grandes y bien escuadrados sillares, gruesos contrafuertes y un cimborrio octogonal sobre el crucero, con vanos de medio punto en todos sus lados.

Aun cuando el claustro es de época muy posterior (s. XIV y XV), aún se conserva en todo su esplendor de finales del s. XII la Sala Capitular, a la que se accede por el central de cinco grandes vanos de rigurosos medio punto, los laterales descansan sobre grupos de cinco comunas exentas en forma de cruz latina. Ya en su interior, que es de planta cuadrada, está dividida en nueve tramos por cuatro columnas en exentas en el centro, que reciben los nervios de las secciones de la bóveda de crucería, arcos formeros y fajones, repartiéndose el peso con ocho columnas exentas junto a los muros. En los laterales del muro frontal se abren dos grandes vanos de medio punto, muy abocinados y con gran derrame.

Existen otros restos de la época románica, como la gran cocina, la sala de los monjes, hoy medio en ruinas y en el exterior restos de los muros originales y de las canalizaciones para la conducción de agua.

La citada sala de los monjes no se puede visitar, como tampoco una pequeña joya cisterciense que se encuentra en recinto de clausura, que se denomina capilla de San Jesucristo. De planta cuadrada con bóveda de cañón y una cabecera semicircular,  con bóveda de cuarto de esfera dividida con cuatro nervios planos, como hemos visto en el monasterio.












VÍDEO SOBRE EL MONASTERIO

RECORRIDO XVIII
MONASTERIO DE FITERO
TUDELA
CABANILLAS
DESPOBLADO DE RADA

MENÚ DESPLEGABLE
RECORRIDOS
DICCIONARIO
ENLACES
LIBRO DE VISITAS

 

ARRIBA SIGUIENTE
   

ander@romanicoennavarra.info

 

Copyright © A.Ortega 2.001-2.018