Desde OLITE, retornamos siguiendo la N-121,hasta Tafalla y en esta localidad tomaremos la NA-132. A 11 kilómetros encontraremos
SAN MARTÍN DE UNX.
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Entre el año 1055 y 1062 ya aparece documentada la existencia del lugar cuando
el rey Sancho Garcés IV dona una viña al obispo Juan y al monasterio de Leire. La viña había sido plantada por un tal Damián, años más tarde, en 1102 su hijo
Lupus, monje donó a Leire varias propiedades de su padre. Fue una tenencia del reino, apareciendo entre sus seniores los linajes más importantes.
En la parte más alta del pueblo se halla la iglesia de San Martín consagrada en 1156. Aunque con muchas reformas y añadidos en siglos posteriores, perdura su única nave de cuatro tramos, con bóveda de
cañón y ábside semicircular con bóveda de horno. Se encuentra éste dividido horizontalmente por dos impostas entre las que se desarrollan los arcos de medio punto de bocel que acogen tres vanos con fuerte abocinamiento -uno de ellos,
el del lado del evangelio, cegado- sobre columnas dobles con capiteles decorados con vegetales y aves.
Los arcos fajones reposan sobre medias columnas adosadas cuyos capiteles también de decoración vegetal tienen un cimacio de billetes que continúa por la nave.
Al exterior,
el ábside se ve altísimo por superponerse a la cripta. Está dividido por recios contrafuertes prismáticos y lo perforan tres ventanas de medio punto con una arquivolta en forma de bocel, que al interior son también de medio
punto sobre columnas con capiteles con tallas irreconocibles (casi todos de hojas y en uno se aprecian unos leones). En la cornisa del tejado una colección de canecillos en forma de mascarones y figuras humanas nos miran desde las alturas.
Destacan su portada y cripta: la portada original a los pies,
abocinada con tres arquivoltas descansando sobre columnas acodilladas con capiteles y cimacios, todos ellos, arquivoltas y capiteles, muy trabajado con dibujos geométricos, roleos, vegetales e
historiados, entre ellos una representación de S. Martín partiendo la capa.
En el tejaroz de la misma vemos dos canecillos, una contorsionista y lo que parece un músico.
Hay otra portada al lado de la Epístola, también románica pero traída de la iglesia del despoblado de Sengoriz, es muy simple con dos arquivoltas de bocel sobre columnas con capiteles decorados con temas vegetales.
Debajo del ábside, para salvar un desnivel de terreno, se construyó una hermosa cripta.
Tiene tres naves de tres tramos con seis elegantes columnas exentas y ocho adosadas que sostienen capiteles con grandes hojas, algunas terminadas en bolas, en los que reposan los
arcos que sostienen la bóveda, en las adosadas de la derecha, según se accede, podemos ver dos animales con cabezotas muy grandes y las cabezas de dos
personajes. Algunos conservan policromía, al igual que se ve en alguno arco. En la cabecera hay tres vanos
abocinados que al exterior parecen saeteras. Si miramos despacio podremos ver marcas de cantero.