Volvemos a la N-111 y seguimos dirección Logroño 4 Kms., a la derecha hay un cruce que nos indica Villamayor de Monjardín.
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En el año 986 el rey Sancho Garcés II donó el castillo de San Esteban de Deyo, del que la villa era una tenencia, con todos sus derechos, pertenencias e iglesias a la catedral de Pamplona y a su
obispo. En 1007 se confirma esta donación por el rey Sancho III el Mayor. En 1033 el mismo rey dona el castillo al monasterio de Irache.
La iglesia dedicada a San Andrés, no obstante, es un hermoso edificio que conserva, al exterior, un ábside y unos muros medievales construidos con buena sillería.
En el ábside, dividido por cuatro columnas adosadas con capiteles de motivos vegetales, se abre una ventana axial, otras dos en los muros laterales y
una más en el muro de los pies; las cuatro son de arco de medio punto sobre columnas con capiteles decorados con temas vegetales y bolas, debajo de ellas recorre el perímetro de la fachada una
imposta ajedrezada. A pesar de que el edificio ha sido recrecido para arreglar
las cubiertas conserva algunos canecillos, prácticamente irreconocibles ¿cabezas y vegetales? en piedra muy erosionada.
Accedemos al interior por una proporcionada y hermosa portada a los pies de la nave. Está formada por cuatro arquivoltas baquetonadas entre las que se intercala una decoración de hojas, igual
que la del guardalluvias; abocinada y de riguroso medio punto, descarga sobre una imposta de decoración vegetal que da paso a dos columnillas acodilladas y dos columnas con capiteles bastante
deteriorados que representan animales (arpías) enfrentados, Virgen con el Niño y caballeros combatiendo, el cuarto irreconocible. En la clave de entrada hay un Crismón y conserva los herrajes
medievales de la puerta.
La nave es de dos tramos y otro en la cabecera más corto que los anteriores, cubiertos con bóveda de cañón apuntado sobre arcos fajones que voltean sobre semicolumnas con capiteles
de decoración vegetal adosadas a pilastras. Cierra con el ábside semicircular con cubierta de bóveda de horno. Hay una imposta lisa perimetral a la altura de los capiteles.
El ábside está dividido por dos líneas horizontalmente, una continuación de la imposta de la nave y otra por debajo del vano axial. Los vanos por los que recibe la luz,
en correspondencia con los exteriores comentados arriba, son de doble arquivolta de arco de medio punto sobre columnas con capiteles de decoración sencilla con vegetales y bolas.
En una hornacina enrejada, en el lado del evangelio, se guarda una gran Cruz procesional románica (ver a la derecha) de madera cubierta de plata, única que se conserva en Navarra
de estas características.